En pocos días habrá elecciones en el APRA. El panorama no parecía ser
muy alentador en los últimos tiempos. O bien existen compañeros experimentados
que ya tuvieron la oportunidad de conducir al partido y se equivocaron
constantemente, o bien aparecen compañeros entusiastas pero sin ningún peso
político como para lograr levantar esa pesada carga que hoy tenemos.
Es en este escenario que aparece una luz de esperanza para la masa
militante. Ello ocurre cuando Enrique Cornejo toma la decisión de postular a la
Secretaría General del PAP. Ha generado gran entusiasmo en las bases que ha
recorrido. Muchos apristas están volviendo después de bastante tiempo a locales
partidarios o lugares donde son convocados. Ha presentado las propuestas más completas
en su plan: https://drive.google.com/file/d/0Bx2Gcec4ZVXYSS1JeTd0YzE3c2c/view?usp=sharing
y después de mucho tiempo podemos ver un verdadero proyecto político
para nuestro movimiento.
Enrique puede ser esa bisagra que permita recuperar la esencia del
aprismo auroral pero al mismo tiempo que nos proyecte al siglo XXI. Lo conozco
hace mucho tiempo y sé que es de las personas que asumen decididamente los
retos. Como cuando asumió el Ministerio de Transportes para poner en marcha el
proyecto del Tren eléctrico (el mismo que estuvo paralizado durante los
primeros años del segundo gobierno aprista). O cuando asumió el desafío de
representar al APRA en Lima donde según iluminados dirigentes "era mejor
no correr y apoyar a Castañeda".
Quienes lo cuestionan ensayan diversos argumentos:
1. "No es un aprista verdadero, no
fue chapista, ni japista". Debemos entender que no todos los compañeros
han tenido la suerte de provenir de familias Apristas y de tener grandes
referentes en casa. Más allá de si Enrique fue chapista o japista es
interesante analizar cuánto ha aportado él en el tiempo que es aprista. Conozco
muchos que han sido japistas y que luego han traicionado al partido yéndose con
la dictadura de Velasco o de Fujimori. Incluso otros compitiendo contra el APRA
en elecciones recientes. Y peor aún muchos de ellos hoy quieren pontificar
sobre Aprismo.
2. "No cuenta con la antigüedad que
la directiva exige". Para empezar aquí tenemos un serio problema por la
inacción de quienes han conducido la organización partidaria que a la fecha no
han logrado consolidar un padrón único y definitivo. Muchos grandes compañeros
no aparecen, y en su reemplazo abundan militantes “fantasmas” que no participan
de las actividades regulares del partido. Pero principalmente, en el caso de Enrique,
él pertenece al APRA desde 1983 cuando se integró a la CONAPLAN y luego dirigió
sucesivamente los equipos económicos y de plan de gobierno en el PAP en todas
las campañas nacionales. En el 2001 fue candidato (quedó sexto en la interna,
repito INTERNA, luego le dieron el número 15) al Congreso de la República, logrando
una importante votación en Lima. Militancia tiene, y él sabrá acreditarla.
3. "No sabe de política, no va a
poder con el APRA" ¿Es posible creer que un candidato que ha obtenido
cerca de un millón de votos en la capital del Perú no sabe hacer política? Quizás
es más lógico pensar que los que no saben son aquellos que nos han llevado con
su “política” a esta situación. De esas
estrategias ya hemos oído mucho y no hemos encontrado resultados
satisfactorios. Solo crisis. Enrique es un gestor eficiente y además es un
rostro limpio y respetado por la opinión pública. Es como tener al mejor médico
del país en una sala de emergencias y preferir a un estudiante de medicina o
peor aun a un veterinario.
4. “Parece bueno, pero debe guardarse para
postular a la alcaldía de Lima” En
primer lugar, debo reconocer que fui uno de los que opinaban que él debía
dedicarse exclusivamente a la campaña del 2018. Sin embargo luego de analizar a
profundidad coincidí en que no podemos pensar en postulaciones a futuro si
antes no tenemos un partido organizado y moderno. Si no se ganó el 2014 y se
perdió rotundamente el 2016 es entre otras cosas porque nuestra organización se
encuentra en crisis. No podemos pensar en beber la leche cuando no hay vacas
para ordeñar.
5. “Es infraterno porque expone
problemas internos ante la opinión pública” Esto sí es muy grave. En pleno
siglo XXI es imposible pensar en secretismos. Pero por sobre todo, no debe
confundirse la fraternidad con la complicidad frente a inconductas e
irregularidades. Ese falso “espíritu de cuerpo” es lo que nos daña justamente
de cara a la ciudadanía, que ve al APRA como un partido manchado por la
corrupción y en el cual no se puede confiar. Las cifras no mienten y si bien se
nos ha atacado y satanizado malintencionadamente, los apristas no hemos sabido
deslindar a tiempo y excluir al partido de este tipo de hechos aislados,
cometidos por algunos afiliados que no comprendieron la responsabilidad que la población
nos dio.
El
APRA se juega su futuro en las próximas semanas. No podemos arriesgarnos más.
Dejemos de lado las mezquindades y realmente busquemos lo mejor para el partido
de Haya de la Torre. Necesitamos una conducción eficiente y que tenga la fuerza
para relanzar nuestro movimiento para su segundo centenario. Enrique Cornejo
debe ser quien asuma esta responsabilidad.